Padre, que estás en los cielos y en la tierra,
Te damos gracias por tu amor y paciencia que tienes con nosotros.
Una noche estaba en medio de mi pequeño patio contemplando la
hermosura y frescura del aire, viendo las estrellas hechos con tus
manos y de repente el aire trajo un aliento desagradable. Sentí en
mi garganta un ardor terrible. Padre perdónanos porque nos hemos
No hay recursos disponibles